ESMERALDA
Nos
conocimos en el aire, Ramón, y tú me sujetabas. Yo te quería besar; tú me
sujetabas. Pisamos suelo en la corteza del firmamento, desembocamos sobre la
nube de aquelarre y polvo los dos en nosotros; el amanecer no era un rayo de
Sol sino Medusa. Y la consumación del acto nos convirtió en piedra… preciosa.
Y este otro que
copio a continuación lo elegí para su envío a la primera edición del certamen
Pluma, tinta y papel, organizada por Diversidad literaria en 2012.
Posteriormente fue publicado en el libro
Porciones creativas.
SOMBRA PERDIDA
Con aspecto
de cualquier cosa y características de algo parecido a nada caminando en
ninguna dirección vestías lo ineludible.
Carcomido, qué asco. Qué terror me dio el
espectro tan breve y fantástico cuando miré la tumba esa tarde buscando mi
sombra y la tenías tú.