domingo, 12 de marzo de 2017

REVISTA MINATURA. MI CUENTO PUBLICADO EN PALEOCONTACTO.



Dejo a continuación un cuento mío publicado en su momento en el


CONTACTO  CON  TACTO

Eran transparentes, asexuados… ¿bidimensionales?, aquellos seres prometían caras de eternos milenarios. Mimetizadas con el entorno, sus naves de refuerzo adiamantado podían ser las mismas estrellas, el Firmamento fundía su espesa negrura esa noche con el manto que cubrió el hipogeo. Pero su inteligencia no era superior, sino diferente. 

Al ser reanimado pronto lo tuvo claro: aquello no era el producto de uno de sus múltiples animes. Eran ellos, los Montrelassas, venían a por él. 

Habitantes de otros planetas habían contactado con el receptáculo criogénico a través del sistema telepático Hello And Bye, provisto de complejas conexiones neuronales. La nombrada vida inteligente le había elegido,  ¿qué querían? El brusco traqueteo de la plataforma elevadora en la cámara de hibernación le estaba mareando, cuando la nave Menphilis-Crakk  aterrizó  acoplada a un enorme cráter en el área restringida del Imperio. Desde el  fuerte eco procedente del blindaje sellado de la cápsula localizó su ausencia del planeta Tierra. Pero ya ubicaba su lejana patria en la megarregión CarboniadsdX, la más oscura del Cosmos, gracias a una placa reflectante adherida a los altos del interior de la cabina de mandos del Ave de rapiña. 

Identificó sin esfuerzo la lengua vernácula de sus habitantes, el montrela2, sus estrictas y veladas normas cargadas de artilugios, con la propiedad de  expandirse y contraerse tan solo accionando la palanca del fuselaje. 

Recibidas las órdenes desde la base espacial de operaciones, le revelaron el código secreto interno impreso en sus exoesqueletos  bioluminiscentes. Acto seguido no dudó en destruir el encriptado, Assalertnom, deglutiendo el polvo de harina ósea del soporte comestible. Pues comprendió que siempre estuvieron cerca para él y él cerca para ellos.  

   Y es que los anfitriones terrenales obcecados en su papel de emisores no supieron  desempeñar la función receptora. Los extraterrestres cansados de enviarles  señales cósmicas recurrieron a la abducción del intérprete Walter Elias Disney, mediador del conflictivo paleocontacto  en la operación  Hibernáculo-Montrelassa bb-7.

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